Ayutthaya y Sukhothai, rumbo al norte de Tailandia.

En este viaje de 3 meses recorriendo el sudeste asiático, comencé como os contaba en el post anterior, en Bangkok. Tras cuatro días recorriendo cada rincón de esta fantástica ciudad era hora de comenzar a moverse hacia el norte para luego seguir con el recorrido por Laos, Vietnam, Camboya, de nuevo Tailandia pero esta vez hacia el sur, Malaysia, Singapur y terminar con Indonesia, con Bali como punto y final a estos increíbles 3 meses de viaje. Todos los desplazamientos fueron por tierra, mayormente en bus, y el barco en el último tramo para alcanzar Indonesia, pero todo eso ya lo contaré en otro momento más adelante.

Hoy me quiero centrar en el principio del viaje, en el recorrido desde la capital hasta el norte del país. Tras Bangkok, fue el turno de conocer las antiguas capitales de Siam, como son Ayutthaya y Sukhothai.

La primera parada fue Ayutthaya, ciudad situada a unos 70 kms al norte de Bangkok. Para llegar hasta allí existen varias opciones, entre ellas el bus y el tren, de las cuales me decidí por la segunda. Desde la estación de tren de Hua Lampong salen trenes cada hora, el precio son 20 baths (50 céntimos de euro), y tarda una hora y media. Como tenía el billete de tren a las 6 de la mañana hice noche en la estación, sin saber lo que allí me esperaba. Quizá una de las primeras situaciones que me cogieron por sorpresa, cuando llegas a la estación y te ves todo el suelo de la entrada principal lleno de gente durmiendo, ya que la estación estaba cerrada. Una vez en el tren, más sorpresas: ventiladores en el techo para estar “fresquito”, asientos un poco “viejos”, y alguna compañía un tanto especial.

En Ayutthaya, una visita obligada es su Parque Histórico, un conjunto de templos y palacios, siendo uno de los complejos arqueológicos más importantes del sudeste asiático, además de Patrimonio de la Humanidad. Para recorrerlo tienes la opción de hacerlo caminando, aunque es aconsejable coger una bici o un tuk-tuk, ya que son unos 15 kms cuadrados de templos, y las temperaturas en época de calor pueden pasar de los 40 grados como me sucedió a mí.

Otra visita recomendable además del Parque Histórico es el mercado flotante, el cual se encuentra a unos 3 kms del centro de la ciudad. Con el calor sofocante que hacía la mejor opción fue pasear por este mercado, el cual te ofrece puestos de comida, artesanía, souvenirs, ropas, espectáculos varios. La entrada es gratuita.

La siguiente parada del viaje fue Sukhothai, ciudad situada a unos 450 kms de Bangkok, y a unos 335 kms al norte de Ayutthaya, desde cuya estación salen buses cada hora y media, desde las 6am hasta las 9 pm.  La duración del viaje son unas 6 horas, y el precio unos 255 baths como mínimo, según la clase elegida.

Una vez en Sukhothai, la estación de bus se encuentra a unos 4 kms del centro, y tras las 6 horas de viaje que llevaba encima me decidí por estirar las piernas y hacerlo caminando.

Los lugares de interés de Sukhothai son, principalmente, su Parque Histórico o Ruinas, el cual fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1991. Está situado a unos 12 kms de la ciudad, en un complejo rectangular de unos 3,5 kms cuadrados rodeados de una muralla con una entrada por cada lado. Para llegar allí, la mejor opción es el tuk-tuk y una vez en el parque coger una bici para visitarlo, incluso caminando. La entrada al recinto amurallado, el cual está dividido en varias zonas, cuesta unos 100 baths cada zona, y la bici te puede costar entre 20-30 baths en las tiendas de la entrada al parque.

En esta ciudad fue mi primera vez…en comer PAD THAI!!! Uno de los platos más conocidos de la cocina tailandesa, y del cual me enamoré. Desde ese momento ya no volví a ser el mismo. Bromas aparte, las comidas callejeras en los lugares más insospechados a veces te dan una agradable sorpresa. Y a mí el primer pad thai me lo cocinaron en una especie de moto con carrito…

2014-04-11 16.06.28
Pad Thai «Restaurant»

Dos ciudades, Ayutthaya y Sukhothai, las dos con un Parque histórico declarado Patrimonio de la Humanidad, con gente super hospitalaria, una visita muy recomendable. Durante esos días comencé a sentir que no quería acabar nunca ese viaje, o al menos poder alargarlo el máximo posible.

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